poeta:
agazápate en tu sombra,
en tu hambre,
en la revolución bolchevique de tu sangre.
escupe en tu propio suelo,
méate encima,
en la miseria de tus pantalones,
en la miseria de todas las veces que te alejaste,
en la miseria de todas las veces que te resististe a alejarte,
en la miseria de haber nacido hombre,
necio,
mentiroso,
egocéntrico,
pazguato,
tren de carga y noche,
inmundicia de corral,
encía,
combustión
bicarbonato.
- espacio publicitario:
hoy hacer la revolución
es no llamar a tu madre
esnifar cocaína en bandejas de plata
-transportadas por enanos-
y prender todos los barcos que tiemblan bajo el paladar de tus gritos.
bebe poeta
bebe y sigue triste
como tu oficio
como tus orgasmos
como tu familia
como mi triste oficio
como mis tristes orgasmos
como mi triste
sadomasoquismo
y luego cierra los puños,
cierra los ojos,
cierra el cuchillo,
cierra los pájaros,
sobretodo los pájaros,
los putos y cansinos pájaros,
y todos los árboles de este planeta,
y el mecánico que te cobró 130 euros por repararte el coche,
y la chica que no te ha mirado en el metro,
y la cirujana herida que siempre cierra en falso
en la noche de todos los disparos.
y el poema
sobretodo el poema
cierra el poema
y túmbate en tu lecho áspero
-con la agonía sardónica y prostituida-
enciende un cigarrillo,
haz con las manos sombras chinescas que reflejen tu media lengua,
y échate a temblar,
como exclamación sordomuda
o héroe ametrallado a bocajarro.
poeta,
grito,
borracho.
grandísimo hijo de perra
imposible de dominar.