nunca seré una chica gunst,
escribir poesía es un parto que cuando se inicia
ni el mejor de los padres anda preparado para la sangría,
para la fuerza vital de un verso,
-ajeno a tu control-
y del llanto íntimo y preciso anudado en la garganta del útero.
nunca seré una chica gunst
inquieto y abrumadoramente frágil os lo digo,
abierto en canal y lastimero,
cercano como el grito de la vida
o la delicada pesadez de la muerte.
nunca seré una chica gunst,
la savia empapa mis músculos.
odio a los pájaros que no hablan de sexo,
odio a los árboles que te nombran de viejo,
porque sé de un viento desnudo
que es ritmo intensidad y respiro,
sé de una niebla iracunda que hace al horizonte minúsculo,
sé del náufrago en la noche de todos los abandonos,
sentado en la acera,
lanzando piedrecitas a las cloacas
como quien lanza ajorcas en el vientre de los muertos.
nunca seré una chica gunst
nunca tendré los zapatos de mil colores,
ni mi nombre lucirá de naranja y cicatrices,
nadie vendrá a fecundar
-con un ojo en zozobra
y otro en exterminio -
el resonar vacío y hueco de mis ovarios.
y la noche,
una vez más,
con sus arrojos y sus protestas
con sus bostezos,
inquieto sueño agostado como llama de una vela:
yo quise poseer una floristería
una floristería pequeña,
cercana,
amante,
una floristería donde reírse y despeinarse
rodeado de nereidas
y de marineros tibios con la entrepierna abultada.
porque amo el sarmiento de todas las inclinaciones,
amo la frágil arteria de los descosidos,
el cinturón oliváceo de tus ojos,
amo los lirios,
los rosales,
un árbol de jade,
la cima de todos los senos,
la risa del vagabundo,
el miedo de las tumbas.
nunca seré una chica gunst,
-la noche como cita -
preciso de la impaciencia
y del abandono,
preciso de la asfixia,
de la exclamación de quien es laureado
con un bello manojo de flores proscritas.
escribir poesía es un parto que cuando se inicia
ni el mejor de los padres anda preparado para la sangría,
para la fuerza vital de un verso,
-ajeno a tu control-
y del llanto íntimo y preciso anudado en la garganta del útero.
nunca seré una chica gunst
inquieto y abrumadoramente frágil os lo digo,
abierto en canal y lastimero,
cercano como el grito de la vida
o la delicada pesadez de la muerte.
nunca seré una chica gunst,
la savia empapa mis músculos.
odio a los pájaros que no hablan de sexo,
odio a los árboles que te nombran de viejo,
porque sé de un viento desnudo
que es ritmo intensidad y respiro,
sé de una niebla iracunda que hace al horizonte minúsculo,
sé del náufrago en la noche de todos los abandonos,
sentado en la acera,
lanzando piedrecitas a las cloacas
como quien lanza ajorcas en el vientre de los muertos.
nunca seré una chica gunst
nunca tendré los zapatos de mil colores,
ni mi nombre lucirá de naranja y cicatrices,
nadie vendrá a fecundar
-con un ojo en zozobra
y otro en exterminio -
el resonar vacío y hueco de mis ovarios.
y la noche,
una vez más,
con sus arrojos y sus protestas
con sus bostezos,
inquieto sueño agostado como llama de una vela:
yo quise poseer una floristería
una floristería pequeña,
cercana,
amante,
una floristería donde reírse y despeinarse
rodeado de nereidas
y de marineros tibios con la entrepierna abultada.
porque amo el sarmiento de todas las inclinaciones,
amo la frágil arteria de los descosidos,
el cinturón oliváceo de tus ojos,
amo los lirios,
los rosales,
un árbol de jade,
la cima de todos los senos,
la risa del vagabundo,
el miedo de las tumbas.
nunca seré una chica gunst,
-la noche como cita -
preciso de la impaciencia
y del abandono,
preciso de la asfixia,
de la exclamación de quien es laureado
con un bello manojo de flores proscritas.
así, así deambula multitud de pájaros/mudos/
ResponderEliminarque solo callaron silencios/
por no hablar de sexo/
más / los dañaba en baño poesía...
besos abrazos, David
tú tomas las palabras avasalladas, sucias por el uso de los viejos, de ciertas fechas, copas de la sequía, muros plomizos del abandono y las das a luz, chorreando sangre y placenta y las vuelves motín de viento, en esos pozos oscuros de la memoria, tú con precisión de costurero loco, arrancas el jadeo de la vida.
ResponderEliminarme gustaron las imágenes que recrean tus palabras
ResponderEliminarqué bueno que no seas como una más de las Gunst y seas tu propia invención
ya existen muchas y muchos por el mismo barrio y lamentablemente todos marcan el mismo teclado
abrazos
no serás una chica...pero serás un chico gunst
ResponderEliminarmaravillosa sorpresa que me emociona
grito este poema con vos.
ResponderEliminarpalabra a palabra.
que ni puta idea lo que es escribir de pájaros.
es la suciedad esa que te rodea... ese halo maravilloso que te hace tan único.
te admiro, lo sabés, pero no voy a cansar de decirtelo.
te quiero
abrazos inmensos!
Disculpa David pero no puedo mentir, no sé lo que es una chica gunst para poder interpretar bien tu poema tendría que saberlo.
ResponderEliminarFui a la Wiky y no saqué ninguna conclusión no explican lo que es una chica gunts. Se que escribes bien y con eso debería de bastar para decir que me gusta el poema, pero no puedo mentir. NO SE LO QUE ES UNA CHICA GUNTS.
Besos.
abandonarse en tus letras es tomar el navío de lo imprevisible.
ResponderEliminarzozobrar por gusto en la pulsión de tu verbo.
hieres, hierves y te vuelves infinito.
maravilla de poema David
y dejadle ser víscera y entraña porque aun así besará vuestro sudario de frágil lamento que os envuelve. Pues aunque sigue al demonio que emana aromas de sexo febril, sigue siendo vuestro fiel devoto, oh chicas guns(t), porque quien ama a las mujeres las ama a todas y siente esa dicha sin la que el mundo no puede existir
ResponderEliminarUna delicia para los sentidos
ResponderEliminarA veces me pierdo y no me encuentro hasta que te leo, digo yo, que nunca he sido propio mas si ajena sanguijuela de tu ristra de sarmientos. Que bueno es volver a encontrarse entre esta preciosa entrada.
ResponderEliminarBesos y abrazos
Enhorabuena .
ResponderEliminarMe gustó tu poema, Besos.
ResponderEliminarBello,
ResponderEliminarMuchos besos
tú:
ResponderEliminarbestiable,
besable,
bebible,
brutal por lamible,
bandido con banyo
estremeciendo mi entraña.
.
yo:
bastarda vasija
brea destilada en tu risa fresca.
si brioso vienes,
bramido al percutir tu belleza,
sin bragas, brusca
abierta a tu brisa.
noche ciega:
bogar, balar
desbordar tu borrasca boreal
(en mi pecho, brebaje blanquizco
de breva madura licuada
por el vórtice de mi voracidad)
¡y bang, bang, bang!
Amo su arte compañero Intemperante. Amo su verso, su letra, su ritmo, su tajo...Haces de la poesía un desgarro necesario. Bebe conmigo hermano, robaremos los últimos pensamientos de Barrabás. Te abrazo fuerte
ResponderEliminarcallas los pájaros y hablas tierra; y ahí, bien abajo, me estampas crudo oro negro...
ResponderEliminargran poema. tremendo y exquisito.
un abrazo.