en alguna parte del mundo
existimos solo para el mundo.
no pertenecemos a nadie,
ni siquiera a nosotros mismos.
Wittgenstein escribió que el mundo lo es todo,
que ese
es el mejor punto de partida.
uno nunca sabe en que momento
un hombre
decide salir en busca de su mundo.
por eso respeto a todo aquel que se cruza en mi camino,
no boxear con canguros,
ni amañar carreras de guepardos.
a fin de cuentas
todos nadamos en la misma sopera
que refleja el rostro del hombre a la deriva.