28 feb 2022

Como pollos sin cabeza

"Los cirujanos deben ser muy prudentes a la hora de tomar el cuchillo,
debajo de sus finas incisiones palpita el culpable: La vida¡"
-E. Dickinson-

Condado de Mesa, Colorado, Estados Unidos de America. 1945

Nuestra historia se sitúa en Fruita, un pequeño pueblo del condado de Mesa. Imaginad una aldea de mala muerte construida en mitad de la nada donde todo es polvo en el desierto y la mayoría de sus habitantes malviven del ganado y de la  agostura de la tierra. 
De todos estos miserables que viven en Fruita a nosotros nos interesa la Sra, Keaton, una mujer que vive en su granja aficionada a caminar descalza entre las zarzas y al manejo de las hachas. 
Es un caluroso verano de 1945 cuando la Sra. Keaton decide matar unos cuantos pollos para cocinarlos a la cazuela, tarea sencilla que lleva realizando tantas y tantas veces. Agarra del gaznate al  primer pollo que corría por la granja apuntala su cabeza sobre un tronco y de un certero golpe se la corta, así con el segundo y así con el  tercer...o no?
 
Al parecer el hachazo no ha sido del todo limpio y el pollo que acaba de matar ahora corre aleteando descontroladamente por el terruño de la casa. Los espasmos del puto animal parecen durar más de lo habitual, pasan los minutos y el mierdapollo sigue vivo, la imagen es dantesca un animal de pie sin cabeza y con un géiser marsala burbujeando por el cuello. El pollo intenta andar pero tiene serios problemas de equilibrio así que la Sra. Keaton decide apartarlo del resto de animales y lo deja en el porcho de su casa con la esperanza de que a la mañana siguiente el animal esté muerto. 
Durante el sueño se escucha la espiga y se escucha la guadaña en la voz de Lee Marvin cantando I was born under a wandering star.

A la mañana siguiente el pollo sin cabeza sigue vivo y no solo eso, actúa como si fuera un pollo normal, se rasca el cuerpo con las  patas, trata de picotear el suelo e incluso se sube a la mecedora del porcho para balancearse. La Sra. Keaton duda si llevarlo al veterinario así que, en una acertada decisión, agarra su tartana y se larga a la taberna del pueblo. Entre cerveza y cerveza cuenta que ayer le cortó la cabeza a un pollo y que el jodido animal aún sigue vivo y es entonces cuando uno de los parroquianos le dice: te doy 25 centavos si me dejas ver al  pollo a lo que la Sra. Keaton responde: me acabas de dar una idea... pago yo

Cuando llegan a la granja el animal intenta cantar pero tan solo logra emitir sonidos burbujeantes que le brotan del esófago, como un náufrago con la espuma del mar sonriendo en su garganta. La Sra Keaton decide ponerle un nombre y decide cobrar entrada y muy pronto los vecinos del pueblo hacen cola para ver al pollo sin cabeza. La noticia se extiende como la pólvora por el condado, pasan las semanas y las visitas se disparan de tal forma que hasta un periodista se acerca a la granja para hacer unas fotos con la cabeza del pollo entre sus piernas y es justo ahí cuando al ver esas fotos  publicadas en el periódico muchas personas empiezan a cuestionar la veracidad de la historia, que es una burla, un burdo truco de feria, como un niño que esconde la cabeza bajo un jersey de lana. Así que la Sra. Keaton decide viajar con su pollo hasta la universidad de Utah donde los de galeno no solo certifican que el  animal carece de cabeza, también concluyen que sigue vivo y que el corte se hizo cerca del oído dejando el tronco cerebral junto a la silla turca intactas, el corte no afectó a la carótida y sus funciones vitales: comer, respirar, cagar, follar y rascarse todavía rinden a la  perfección.

Es entonces cuando la Sra. Keaton toma conciencia de que el animal puede morir en cualquier momento y decide limpiarle la herida a diario, alimentarlo con un cuentagotas por la pequeña  apertura de su cuello y cada noche, antes de acostarse, cubrir el agujero con la  humedad de una masera bañada en mezcal. 

Pasan las semanas y Buster, nuestro pollo  sin cabeza, no solo continúa vivo, ha ganado peso y es feliz, si obviáramos el insignificante detalle que carece de testa podríamos decir que tratamos con un pollo totalmente normal que decide ver mundo y actuar para el  Circo de los Horrores. Pronto le llega la fama y aparece en revistas como Time o Life, todo el mundo desea tener un Buster en su vida y miles de granjeros tratan de hacer lo mismo hasta tal punto que los peródicos de la época hablan de auténtica barbarie, verdadera masacre de pollos  por todo el país, y pese a tantas  muertes ni un solo capón ni granjero logra alcanzar la suela de la cresta de la Sra. Keaton y su pollo  sin cabeza.

Viajan juntos por el país durante  más de doce meses, en ese tiempo les llueven cartas de admiradores y duras críticas por parte de los animalistas pero ellos son felices actuando en NY, paseando por Texas y delinquiendo con acrobático huir un Sweet Virginia de los Rolling Stones, hasta la llegada de la primavera de 1947, en Arizona. Después de la función la Sra.Keaton y su pollo descansan en un hostal cuando de repente el animal no puede respirar. Ella busca los medicamentos, el Ventolin y esas cosas,  pero los ha olvidado en el circo y una madrugada cualquiera Buster el  pollo sin cabeza muere 18 meses después de su decapitación. 
A su muerte la Sra. Keaton escribió: una cabeza, al igual que un corazón, es algo sucio, pertenecen a las tablas de anatomía o al mostrador de un carnicero. Yo prefería su cuerpo.

Si alguna día decidís dejaros caer por Fruita que sea ahora, en Febrero, donde podréis disfrutar de un hermoso carnaval. También encontraréis una pequeña escultura de Buster y una linda feria, con noria iicluida , donde podréis cantar, bailar, reír y beber y beber y beber hasta el amanecer. Como pollos sin cabeza.

    

 Ps: LFFDB

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