Intemperancia verbal
28 may 2023
Afecto y artefacto - Mina K -
6 may 2023
la cápsula del tiempo
- hijos de un mismo
plancton-
(d)escríbemelo...
palpar la fractura como un objeto familiar
reconocible,
la que ofende,
la que saquea y profana,
hasta el vacío de la casquería,
y tu fuego delincuente
es un silencio que traduce al mundo,
un bufido de deformaciones cretáceas
para los hijos de un mismo plancton.
me derramo
entre la deriva de las caricias lentas
y la matriz del arañazo,
la arquitectura del desastre
y la demolición del poema,
los lapiceros en crisis
y las hipótesis de la marihuana.
trato de conservar la belleza,
envasar el vacío para preservar al fuego,
una búsqueda de pimienta negra
entre tanto salitre blanco.
espero el desplome de la caricia
que deforma el rostro hasta embellecerte.
sacudir la riqueza de la entrega
con anarquías de agitadores,
perder el compás
con pies calientes de poesía,
y arder la noche
con ese manuscrito de pétalo arrugado
que despilfarra el rocío.
- vestida de ventisca negra -
desde el eco profundo de esa humanidad que
retumba a carne muerta,
sacudes el templo de los sucesos
con petroglifos de náufrago
y antorchas de peyote denso.
se trataba de ensanchar la tristeza,
seguir creciendo hasta agotar reservas,
pulir osamenta,
negarle la caricia al perro
con esa quietud de ubre seca
y falsa sonrisa de madrastra terca.
en este ritual de santería y manicomio
con el sacrificio de La Malinche
colgando de un ojo
y el indigenismo del otro
apareces,
a lo Joan Colom,
vestida de ventisca negra,
bailándole al Raval por igual,
prendiendo la espuma de las babas
abiertas con el ansia irrefrenable
de la noche en la fayenza.
dispongo de un cuerpo que enferma de encanto,
macilento,
palidece entre polifonías de distancia
y deshielos que no aplacan.
estoy tratando de salvar al niño
que respira palabras,
al preso de una muerte súbita
con el santo y seña de la matanza.
- metamorfosis de un
deshielo -
llegas con mudanzas de sol recién inauguradas,
la metamorfosis de este último deshielo
es un hazaña de savia obstinada en tu cuerpo.
y me da la sal el oleaje de tus huellas,
tu pausa animal desquiciando la arena
con esa estirpe de hembra carnal y agitadora.
me están cavando vientos y no quiero este vuelo
-dices -
y solo pienso en traerte un bosque a toda vela,
rescatar a Nike y su felicidad sumergida,
celebrar el aullido,
azotar el sepulcro de la historia que ya
contiene
más estatuas de leones, que leones vivos.
tú sabes lo que me has traído,
tú sabes de este sucediendo para el sucedido,
esta despensa de vaho en la yacija del mendigo,
la trashumancia salvaje de la astilla,
la ofrenda del desgarro,
el deseo concedido,
esta libertad de los sin rumbo
que seducen la panza de una abeja
hasta hacerse miel
sobre un polen sin mesura.
- deriva de las grandes ramas -
es la fermentación de la raíz la que atesora recuerdos:
considera también la consternación del lagrimal
compartiendo lluvias de estropicio excelente,
murria en las arterias,
flama de resaca abierta.
ves esas ramas?
ellas nunca han escuchado el abatimiento de una sexualidad telefónica,
su función no es otra que ser red
en un océano de azules.
mientras las pequeñas paladean la luz del este,
las grandes se hambrunan de cobre
para no obstruir al árbol,
se quieren de mugre,
de tuercesavia y herrumbre.
no me avergüenzo de mis costillas,
son la cosecha de una sequía
que intuye demasiado,
ni del catálogo de espectros y lunas
que custodian la deriva de mis grandes ramas.
5 dic 2022
conditum/ ballade d'amour avant la neige/ Mi casa, esta mujer - Santiago Kovadloff-
Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Como ella, con ella, todo a mi alrededor reposa. Cuando ella despierte, también lo harán las cosas. Volverán a abrirse las puertas, correrá el agua otra vez, los pasos avivarán la vieja escalera, caerá de nuevo la luz sobre las plantas. Yo retornaré a mi mesa, a las palabras, y su voz, como un halo, circundará mi día. Cuando ella se haya ido a su trabajo, alzaré los ojos de la página, y un tapiz, un clavel, un amuleto inesperado en la cocina de la casa repetirán el nombre de esta mujer que todo lo pobló con su presencia y el acierto de sus manos. Ella es mi casa, puerta mayor de acceso al sentido de estos cuartos. Si el egoísmo o la indiferencia quiebran nuestro encuentro, la casa se oscurece. Como una dura denuncia de soledad sin remedio, las paredes se cargan de presagios, se repliega el color de cada cosa, la casa se vacía, y habitarla es quedar a la intemperie. Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Cuando ella anda lejana, todo es lejano en la casa; con ella se van en tropel las cosas de mi entorno, y estar aquí se vuelve una tortura; acosa cada sitio, cada paso lastima, rincones y objetos se hacen inservibles. Y la casa recuerda, en un susurro triste, que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa. Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida.
