20 ene 2020

la felicidad de los carrillos


ella no tiene miedo a expresar su felicidad, sonríe tan abiertamente como le permite su tierno rostro tierno. sonríe hasta con las manos, sonríe con cada una de las palabras que me dedica y sonríe con las que relata con todo detalle lo que está viviendo. es feliz, abiertamente feliz y la suya es una felicidad sin complejos. parece como si le hubiera tocado el "gordo" de Navidad, provoca el mismo efecto que el calvo de la lotería que al aparecer por la pantalla del televisor te hacía creer que el décimo que has comprado resultaría el agraciado, pese a que, muy probablemente, no lo fuera...
pero esta vez sí, ha tocado, es de verdad, y estás junto a ella.
cuando todas las ciudades, hasta Vigo, han desmontado sus luces LED de Navidad. como desacomplejados ganadores de la lotería, agita su risa como si fuera un décimo premiado y reímos hasta dolernos los carrillos.
una amiga me cuenta que con su padre celebran cada día que les ha tocado un premio. tiene Alzheimer y se olvida que hace años les tocó un quinto premio y ella desde entonces lo despierta por la mañana y le dice: nos ha tocado¡, nos ha tocado¡.
y cada día es la misma ilusión, la misma felicidad. siempre es el principio.