y pudiera ser que conjurase resistencia,
todas esas tardes que reinaba el diablo sobre las esquirlas de la carne fresca,
con las manos revueltas de oficio y guerra
con el amor como única ley
amontonando piel,
hasta dejarme hueco y en casquería.
pudiera ser que cada vez que alguna se me abría de piernas
la noche me arropara en viruela
con los ojos flamígeros y sin domicilio,
susurrando que sí,
que todo se destruye,
que nada permanece,
que a todo hombre le bastan cinco segundos
para alzar los brazos y gritar me rindo.
y pudiera ser que en mazunte
en esa playa salvaje de aullidos,
de carne en oferta sobre el mismo cuerpo,
mientras esnifaba la vida hasta perder las narices,
empezara también a quedarme
sin oxígeno.
pudiera ser
que en uno de esos instantes de trabajo asocial
sin recetas ni mejoría,
decidiera orientar la ternura hacia ese descampado cuajado de finales,
ese funesto osario de ruinas sin lenguas.
pudiera ser
que en todo ese tiempo ya escrito,
ese tiempo pasado de jolgorio y enloquecimiento,
sin saberlo ni darme cuenta,
también empezara a vivir la tristeza.
Pudiera ser todo. Desde aullar carne fresca recurrente
ResponderEliminarhasta olvidarse de patria y hogar, mal navegante...
Lo que nunca será, descifrar la tristeza la página que jamás quedó escrita. Porque la engulleron los basiliscos. Sin brazos ni pies ni hombros.
Besos
Me encanta que me jodan el día. Hermoso poema.
ResponderEliminarUn abrazo grande y que sus dedos no se detengan.
Pero la tristeza ¿es realmente triste? tengo yo mis dudas... creo que hay momentos en los que sí nos gusta vivirla. Y compartirla.
ResponderEliminarBss
es preciso que lo sea, tanto como necesaria; al igual que la felicidad.
Eliminarbesos.
Una mezcla muy intensa de emociones...¿Qué sería de nosotros sin la tristeza?....
ResponderEliminarUn saludo!
No me canso de escucharte. Dueles. Nutres. Te miro mirar y entiendo por qué existe otro lenguaje con el que comunicar tanta vida en la oscuridad. Felices placeres. Felices tristezas.
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