duermes a la hora en que las flores se cierran sobre la tierra.
tu pubis cuidadosamente rasurado,
se muestra tan abierto y prostituido
como una calle desierta en la madrugada de todos los vicios.
tu pubis cuidadosamente rasurado,
se muestra tan abierto y prostituido
como una calle desierta en la madrugada de todos los vicios.
te amo tanto que tengo que escribirlo antes que se amontone el día sobre la espalda,
y me pregunto por qué les cuesta tanto a los poetas desde su sitio vacío,
desde sus huellas sin musgo,
escribirlo así de sencillo y abierto,
desnudo,
como un regreso a la infancia o un estallido de trueno,
un faro agitado de luz en lo más abrupto del acantilado.
y me pregunto por qué les cuesta tanto a los poetas desde su sitio vacío,
desde sus huellas sin musgo,
escribirlo así de sencillo y abierto,
desnudo,
como un regreso a la infancia o un estallido de trueno,
un faro agitado de luz en lo más abrupto del acantilado.
duermes.
desde la ventana observo la madrugada,
la agitación febril de los olivos de la plaza.
sentado en el poema mis ojos continúan goteando por tu sexo;
me visto de mezcal y me reconozco cansado,
agónico de mapas y libros,
y está mal que lo diga,
lo sé,
pero sucede que algunas veces creemos valer más de lo que realmente somos,
y no somos nada,
amor,
nada,
ni las arrugas de los dedos que te escriben,
y pese a ello,
pienso celebrar esta vida de esclavitud con desenfrenado libertinaje,
porque las declaraciones de amor deben hacerse a través del cuerpo,
y aunque nunca seamos felices
qué más da,
tampoco importa,
a fin de cuentas,
lo importante no es ser feliz,
sino saber para quién has vivido.
desde la ventana observo la madrugada,
la agitación febril de los olivos de la plaza.
sentado en el poema mis ojos continúan goteando por tu sexo;
me visto de mezcal y me reconozco cansado,
agónico de mapas y libros,
y está mal que lo diga,
lo sé,
pero sucede que algunas veces creemos valer más de lo que realmente somos,
y no somos nada,
amor,
nada,
ni las arrugas de los dedos que te escriben,
y pese a ello,
pienso celebrar esta vida de esclavitud con desenfrenado libertinaje,
porque las declaraciones de amor deben hacerse a través del cuerpo,
y aunque nunca seamos felices
qué más da,
tampoco importa,
a fin de cuentas,
lo importante no es ser feliz,
sino saber para quién has vivido.
Un poema perfecto, tan cuidadosamente realizado que da gusto leerlo. Un abrazo.
ResponderEliminar"Sino saber para quién has vivido"
ResponderEliminar...demencial..
gracias por el guiño ;-) y por tus ojos.
Eliminarun abrazo inmenso.
No somos ná, pero merece la pena vivir ese ná! (buuuaaa llevo mucho rato inhalando tinta...)
ResponderEliminarBesos!
Desnudo y libre.
ResponderEliminarTe creciste.
y creaste esta maravilla
Un abrazo David
Bellísimo.
ResponderEliminarSolo aplausos. Y abrazo poético.
Conformarse con esos pequeños detalles... con la forma de su pubis en un amanecer cualquiera, con el repliegue de la flor al caer la noche.... y ser feliz egoistamente en el placer que experimentamos als sabernos unos privilegiados...
ResponderEliminarDavid, me han venido a la mente dos voces: la de Borges, diciendo "Ya nunca seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo..." y la de Buero Vallejo, para quien un poeta escribe porque necesita ver lo que calla, y no escribir ciertas cosas en el poema.
ResponderEliminarPara quién vivimos, o escribimos, o cambiamos. Eso es un enigma. ¿Para nosotros mismos? Prefiero pensar que no -o tal vez que sí.
Un abrazo inmenso. Me alegra reencontrarte.
Sin embargo amor, saber para quien has vivido y simplemente, por la certeza de saberlo, en ocasiones nos hace inmensanente feliz.
ResponderEliminarUn gran poema!!!! Llega a lo muy profundo y parte mas emocional del cerebro.
AABB
sabes eso mismo pienso yo
ResponderEliminarporque solo hablar desde la sombra, desde el dolor y el rearme
quien ama a un poeta se alimenta tb de sus letras, las acaricia , las ama como a él ..
y tanta desolación si no se cuida el amor acaba con desamor
esa es mi histoira ya ves
u
un beso y mil gracias
Y al final también saber por quién has muerto...
ResponderEliminarbesos
a lo que se da uno cuenta, ni sirve saberse nacidos para nadie. Porque entre tanto, de placer estamos muertos para ese nadie.
ResponderEliminarFelices felices felices felices, David
Abrazos
Saber para quien se ha vivido es igual de grande que escribir amor antes de que las palabras se conviertan en piedras y pesen... Me gustó leerte. Gracias por compartir. Una feliz semana
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