hay fuego cuando estamos juntos,
lo guardamos aquí,
en el corazón,
en el estremecimiento del delirio
y de los sueños.
qué bonito es soñar,
gota a gota,
un manantial de deseo sin hablar,
una catarata de besos
y gritar
al momento empleado del amor,
y a los días eternos de fiesta.
en cada átomo de tu cuerpo hay placer
en cada átomo de tu cuerpo hay flores, piernas y bosque,
setas,
mareo,
embriaguez,
humedad,
alimento y euforia.
por cada átomo de tu cuerpo un corredor aturdido en mi cerebro
y deambulo embriagado por tu vientre y por tus ojos
porque cuando te miro,
amor
y me veo,
no comprendo muy bien por qué me amas,
pero se me amplia el mundo y la felicidad.
seguir el agua que ha encharcado el camino,
que nos ha separado las piernas,
para llegar a la fiesta de la lana negra
que nos eleva,
que nos estremece,
como un poeta cepellón
cubierto de raíces y tierra.
escribo y un avión rasga el cielo.
siempre me turbó esta imagen,
es como poema anegado de dolor,
suplicante de cuerda floja y suicidio.
amor,
no permitas que me mueva de ti,
te lo ruego.
en tus manos,
en tu marea,
mi camisa es de hierba.
Habré de buscar otra marea
ResponderEliminarla cercana
de hierba
la de ruego o suplicio.
pero OTRA*
Besos
La última estrofa me encantó, enhorabuena.
ResponderEliminarUn cuerpo sarpullido de deseo...
ResponderEliminarQué hermoso final...
ResponderEliminarEn cada átomo de su cuerpo puedo perderme, desmontarme, reinventarme. Que no me priven nunca de esa camisa blanca arrugada de estrellas.
ResponderEliminarUn beso David.
creo que es de los poemas con ás ternura que te he leído. Con el fuego que te suele quemar y con la sensualidad que te resbala,
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