"Allez plus doucement,
l'air me manque,
faites
comme si c'était vous qui étiez fatigué"
-Marie Paradis-
bajo mis pies desnudos
hay un charco de agua y arena mojada,
el impertinente sol
penetra con violencia y fuego sobre mi espalda
debes saber que esta playa ladra,
ladra la tristeza de mis ojos y el salitre de tu tiempo,
el rescate de las barcazas abandonadas por la memoria,
el ancla de aquella mujer,
el óxido del último hombre.
las palmeras robustas,
-prendidas de viento y marea-,
inhalan el largo suspiro del mar vencido,
que sucio y moribundo,
se agita y se encrespa llorando por el viento pastoso de junio
mi brecha pronto estallará,
y con ella,
una noche más el deseo de amarte.
quisiera,
antes de que te embarques,
antes de arrancar de cuajo cada uno de tus baluartes
y quebrarte en dos,
como túnica abierta de murmullo y agua,
antes de penetrar en la oquedad de tu sexo
y llenarte la casa y la chimenea
de mordiscos enormes y gemidos de entrega,
antes de morir por la victoria sangrante
-sin reconocimientos-
y escupir el semen y el flujo
sobre la derrota que prende de nuestro pecho
digo,
quisiera antes,
entregarte este barco.
el drama ha terminado,
y ofrezco cada extremidad de mi cuerpo
a la piel y al deseo de tus palabras
sin bibliotecas ni anaqueles que lo comprendan
la aorta de este animal es tan grande
como la tubería principal de una ciudad cualquiera,
inferior en ímpetu y fuerza,
a la sangre impulsada a borbotones del corazón de la ballena.
ven y tiembla,
abandona la ínsula,
rompe los remos que nos alejan,
¿a qué esperas?,