Si acaso te agrediera
la espuma injusta de un mar domesticado,
revienta de mareas,
no te dejes,
no cejes,
inmersiona de la resaca infame de esa tarde.
la espuma injusta de un mar domesticado,
revienta de mareas,
no te dejes,
no cejes,
inmersiona de la resaca infame de esa tarde.
Recupérate,
y grita,
grítate los naufrágios a que sobreviviste,
dile al agua,
que el agua
no fue nunca elemento sustancial de tu régimen.
y grita,
grítate los naufrágios a que sobreviviste,
dile al agua,
que el agua
no fue nunca elemento sustancial de tu régimen.
Escupe al mar,
y límpiate los labios con el gárfio
de irredento corsario de la vida.
y límpiate los labios con el gárfio
de irredento corsario de la vida.
- Javier Velaza -
hay ocaciones en las que el portal del infinito se abre sólo para mirarnos, mas cuando nos traslapa y percivimos el inmenso, hasta lograr explosionar nuestras noléculas, o somos orgasmo o somos en los ritmos de la poesía.
ResponderEliminar¡inmeso, Javier! gracias por dejarlo al nivel de nuestros ojos, David.