" vengo a verte hoy
porque igual mañana estás muerto."
-Jesús Alcalde-
no somos dados a luz, somos dados al frío,
un frío de sentencia y hospital
que penetra por los órganos de la pueril carnaza
tan profundo, tan hondo,
que no hay consuelo de vientre que se nos muestre delirante
ni calor que detenga el rigor de su sentencia.
fuera del útero sólo la infancia nos otorga una tregua;
un puñado de algodón
fuera del útero sólo la infancia nos otorga una tregua;
un puñado de algodón
frente a la crueldad del gélido glaciar que avanza.
cualquier resistencia resulta inútil,
vivimos forrados de inviernos
con sus gélidas manos en los bolsillos de las entrañas.
luego,
media vida de guerrilla perseguido
por ese ejercito siberiano
cualquier resistencia resulta inútil,
vivimos forrados de inviernos
con sus gélidas manos en los bolsillos de las entrañas.
luego,
media vida de guerrilla perseguido
por ese ejercito siberiano
del eterno enero solitario
y envejecer
envejecer junto a noches desnudas de hoguera y lecho,
con el frío vistiendo la piel y los adentros
edificando mármol como un cruel arquitecto.
atrás quedan las lineas de calor,
atrás el cobijo de los héroes,
las antorchas de la cólera,
la matriz encarnada en resistencia.
vivimos porque nos ahoga el frío,
un frío de superficie
y envejecer
envejecer junto a noches desnudas de hoguera y lecho,
con el frío vistiendo la piel y los adentros
edificando mármol como un cruel arquitecto.
atrás quedan las lineas de calor,
atrás el cobijo de los héroes,
las antorchas de la cólera,
la matriz encarnada en resistencia.
vivimos porque nos ahoga el frío,
un frío de superficie