yo no amo a Andrés Iniesta ni a Lionel Messi,
yo amo a la mujer de Andrés Iniesta y la de Messi.
quiero decir que yo amo a las mujeres,
que vuestro coño es la champions league
y cada orgasmo la victoria,
quiero decir que mientras los bares de este país se llenan de camisetas y moluscos viejos,
de joven testosterona y maduro semen,
si me queréis un poquito,
o incluso por despecho,
yo seré vuestro hombre émbolo.
debo ser el único humano en toda europa que no tiene whatsuap,
-o como diablos se escriba-
pero mi confortable cobijo de cañas,
cada noche,
desnuda cada una de mis certezas
dejándome al desamparo del mundo
frente a esa maravillosa ingravidez,
de las defensas y palabras.
quiero decir que soy tierra de fuego,
cosecha de gusanos bellos,
un parir de esputos en la noche criatura,
un alacrán que camina en carne trémula con labios rasgados de atentados viejos,
y los ojos desmesuradamente tristes,
muy tristes.
también hay un corazón
un corazón que inflama la esperanza de salir vivo del combate,
que conserva algo paz,
humeante,
como una cafetera vieja de suspiros,
y un amor de nereida y desconsuelo,
que le rapta y le lleva a una tierra sin preguntas,
a una carne sin sol de párpados izquierdos,
de ocasos y de lunas,
de últimos ataques y de embistes,
de cuenta atrás,
de bestias,
de huesos,
de olor y sexo,
hambres,
rugidos,
silencio.