De todos los refugios prefiero el arco iris
de todos los sabores adhiero a las mañanas
de todas las esperas sostengo la inclemencia
porque los contornos de la ansiedad son indicios
que pueden sentarse en las antorchas.
Por eso criar un cíclope es nostálgico
y nadie pretende amar su gozo
ni produce clamores su balbuceo.
No hay otra manera de esperar
todo es más largo que las sentencias
y no quedan sacrificios para lamentar
apenas remontar el agua en bicicleta
decirle al ciego que el cielo debe ser mejorado
o que para cansarse los días se inmunizan
entre interjecciones de vetustos sapos.
En mi camisa crecen las porcelanas
que se han fatigado por cavilar
en mi zapato izquierdo hay una canoa que se hunde
y dos contramaestres que buscan su naufragio.
Espero la noche
para incendiar los sueños
para agonizar con sonrisas de canela
para eludir las ruedas
que me persiguen entre trozos de presagios.