30 ago 2016

Sened - Francisco de Paula Pestaña Parras -

«Estar en casa y decidir que te apetece pasear por la calle Zenete, una de las más antiguas de Granada, del siglo XI, pues hace mucho que no te acercabas a verla. Entonces llegas allí y descubres que se averiaron las farolas, que la calle está a oscuras, apenas iluminada por la luz que sale de las ventanas de las casas, con tramos en total oscuridad. Y te pones la radio en el móvil justo cuando comienza una retransmisión en directo del Requiem desde Barcelona. Y comenzar a caminar escuchándolo, hacerte la calle una y otra vez, bajo estrellas que gracias a la falta de luz puedes contemplar, recorrerla de arriba a abajo, no sabes cuántas veces, cruzándote con sombras a las que ni siquiera distingues, apurando hasta la última nota del Lux Aeterna. Y fliparlo. Y desear explicarle a la gente que no tienes ambición, que no quieres ningún reconocimiento en tu oficio, ni que te publiquen lo que escribes ni nada de eso, que lo único que le pides a la vida son momentos como ese, que quieres ser justo lo que eres en ese momento: apenas nada, un maldito bulto negro, caminando solo por una calle de mil años, que escucha a Mozart bajo las estrellas.

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