es urgente que sepas que esta casa se muere:
hace dos meses que me instalé en estos muros de hojalata
y desde entonces no ha pasado un solo día
sin que me muestre sus heridas más perversas,
como una invitación al peor de los entierros.
ayer mismo sin ir más lejos
y de forma inesperada,
me estrechó la mano en un pésame húmedo,
y bajo el caos de un desmoronamiento
empezaron a llover del techo una ristra de goteras
como lágrimas encebolladas golpeando contra el suelo.
fue espantoso,
créeme que fue espantoso,
nunca había conocido una casa
con tantas ganas de morirse.
corté el agua como si hiciera un torniquete de urgencia,
pero ya todo se aparecía en sangre,
con el aislante en carne cruda
y las vigas exangües.
después de administrarle una cutícula de engrudo,
pensé que tal vez prefería observar sus cicatrices
antes que estas gasas asépticas
que ahora cubren su epidermis.
la luz penetra desde el pasillo en un último suspiro moribundo
como un hilo borroso y letal que anuncia el desahucio,
inclino la cabeza y observo la esclavitud de sus simetrías
intento sanear sus grietas
pero la mayoría se me muestran subterráneas
otras en cambio
me son imposible de remediar
o traducir,
me siento como un pobre idiota
embriagado por el silencio de un sótano funesto
y fantasmagórico.
te echo de menos,
te echo muchísimo de menos,
los humanos siempre encontramos a faltar algo,
no importa donde estemos,
bien en una isla apartada
o refugiados tras la orilla de una vela temblorosa.
a veces es un vértigo que no te salva pero del que tampoco huyes,
otras son noches con fuerte olor a carne,
otras no son nada,
y hasta eso también encontramos en falta.
de cómo mis hombros duermen inquietos
te hablaré en otra carta,
hoy sólo diré que nuestro lecho anda costrado
que despierta entre úlceras sonámbulas en mitad de la noche dolorosa,
como una mujer que lamenta un embarazo frustrado.
he pensado en pintar las paredes de un deseo vagabundo
intencionadamente vagabundo,
porque esta casa se nos muere amor,
se nos muere y confunde carcajadas con lamentos.
es preciso que lo sepas.
y si finalmente el techo se desmorona de suicidio,
y los muros se colapsan por infarto
y vencida y muerta la casa
terminamos durmiendo por el suelo
sólo pido que éste te sea más confortable
que la mejor de las casas de cualquier hombre.
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