querido
amigo:
últimamente
ando preocupado;
el naranjo
enano ha dejado de echar frutos,
apenas
recuerdo si los semilleros de asperilla
precisan de
una temperatura adecuada en resistencia y primavera,
o alta en
sustrato de susurro y bálsamo de agua calma
temo que un viento helado,
- pútrido y virulento-
termine por
dañar los pétalos de tu labor
y lucho con todos mis esfuerzos
para calmar el fuego interior
de cada uno de los yesqueros de esta tierra madre
salgo a
fumar al exterior lo justo y necesario,
cerrando siempre las puertas del invernadero,
-tal como me
indicaste-,
para que no
se escape ni un ápice de aroma de esperanza
durante la última semana
te han
llegado varias plantas de amigos que te quieren
y te abrazan:
gladiolos de
ovarios ínferos,
lirios
listados y bellos,
un árbol de jade venido de asía menor,
y dos jazmines de almíbar y ámbar
desconozco
su época de floración ni el tiempo de riego y sustancia
los
cuidados,
los mimos,
los párpados,
el aroma de sus versos,
el beso de
sus vocablos...
comprenderás que hago lo que puedo
no estoy acostumbrado a esto
comprenderás que hago lo que puedo
no estoy acostumbrado a esto
y ando entre poda inútil y guantes de ciego
lo mío es abonarme la herrumbre
lo mío es abonarme la herrumbre
el vómito seco de la boca de un muerto,
lamer hasta el último aliento de los hospitales,
y el barrio chino,
y el barrio chino,
o escupir sobre un tiempo de barbecho
jirones de mi vida descosida a bocados
jirones de mi vida descosida a bocados
recupérate,
recupérate pronto y vuelve,
recupérate pronto y vuelve,
yo no entiendo
de vida,
amigo.
amigo.