Para el Jose.
de sus pezones,
brota la historia del hombre y un buen puñado de asco.
al padre,
le robaron el nombre y ahora luce esa sangría
porque nadie se atreve a lamer sus labios ebrios.
no lo despiertes
o verás morir a un niño víctima de sus sueños.
los ojos del muchacho brillan como carbón encendido,
su voz
es trago amargo y el negro de las uñas el germen de todos los tiempos.
la pandilla lo sabe y calla.
cuando parpadea mi barrio
a la sagrada familia le arde la cara.