hoy debe
nevar en Bielefeld,
y las raíces,
los
pétalos de las casas,
las
gentes que salen del trabajo,
todos ellos,
deben sufrir un frío terrible.
si me
muestro demasiado certero
incluso
puedo llegar a imaginarte enredada en juegos
con Sofi,
Wanda, Ileas y Rufus.
ellos nunca
lo sabrán pero una vez quise ser atractivo
estimulantemente
atractivo,
sin excesiva
autocritica,
entonces
llegó la madrugada y me arañó las entrañas
para terminar arrojándo a la hoguera
todos mis proyectos y sensateces
todos mis proyectos y sensateces
ahora me río
donde más me escuece,
me resisto a
deshumanizarme,
y procuro no
relacionarme con los egos del mundo.
cuando salgo
del barrio,
tardo tres vidas en regresar
de nuevo al barrio
a no ser que me sorprenda un leviatán
a no ser que me sorprenda un leviatán
o me detenga
una eternidad de suspiros frente al portal de tu casa.
te entrego
este sentimiento
por todas aquellas noches de carne y pueblo
por todas aquellas noches de carne y pueblo
cuando
soñadores
y sin
servicio de correspondencia que nos ubicara
arábamos la
tierra con las manos llenas de esperanza.
poco más
puedo decir frente a este último vislumbre
al menos
para éste que te escribe,
con esta
tristeza de españa
si continuo
esta carta
temo empezar
a divagar de forma escandalosamente dramática:
hoy debe
nevar en Bielefeld,
y hace frío
en mi casa.