29 feb 2012

por mi garganta.


quiero sorber de tus pezones frutales todas las inseguridades orgánicas,
deglutir los malos recuerdos que como raspas de pescado
arañan la paz en tus entrañas,
beberme a golpe de traquea y arcada las miserias,
todas las ruinas de esos hombres
para que te luzcan sanos y fuertes,
adecuados,
y que puedas
-por la geometría de sus cuerpos-
volver a edificar tu sonrisa enamorada.
 
seré descuajado,
moribundo pero calmo,
lameré los osarios del mundo cuando cierres los párpados,
seré la sombra y la derrota,
seré tu bálsamo.
 
me tragaré
a degüello
el suicidio de mi cuerpo,
la esperanza de llegar a viejo
y tu ausencia:
 
el coma etílico de este poema.




22 feb 2012

carta para Bielefeld.


hoy debe nevar en Bielefeld,
y las raíces,
los pétalos de las casas,
las gentes  que salen del trabajo,
todos ellos,
deben sufrir un frío terrible.

si me muestro demasiado certero
incluso puedo llegar a imaginarte enredada en juegos
con Sofi, Wanda, Ileas y Rufus.

ellos nunca lo sabrán pero una vez quise ser atractivo
estimulantemente atractivo,
sin excesiva autocritica,
entonces llegó la madrugada y me arañó las entrañas
para terminar arrojándo a la hoguera
todos mis proyectos y sensateces

ahora me río donde más me escuece,
me resisto a deshumanizarme,
y procuro no relacionarme con los egos del mundo.

cuando salgo del barrio,
tardo tres vidas en regresar de nuevo al barrio
a no ser que me sorprenda un leviatán
o me detenga una eternidad de suspiros frente al portal de tu casa.

te entrego este sentimiento
por todas aquellas noches de carne y pueblo
cuando soñadores
y sin servicio de correspondencia que nos ubicara
arábamos la tierra con las manos llenas de esperanza.

poco más puedo decir frente a este último vislumbre
al menos para éste que te escribe,
con esta tristeza de españa
si continuo esta carta
temo empezar a divagar de forma escandalosamente dramática:

hoy debe nevar en Bielefeld,
y hace frío en mi casa.


16 feb 2012

pubertad

Para Olga.

si pudiera verte esta noche,
sin duda,
volvería a ser aquel niño
que le brotan los dientes en seis minutos
mientras tú corres a por el lobo


si pudiera olerte esta noche,
sin duda,
llorarían los vestidos bastante menos
y las alarmas de los coches
y la correspondencia de los buzones
y los contenedores de basura
y las sabanas de mi vecina
se llenarían de jazmines y hambre.

si pudiera tocarte esta noche,
sin duda,
sabría como utilizar tu cuerpo,
convertirte en alguien insensata
que ha perdido el sol de la vergüenza
por debajo de las bragas.

si pudiera amarte esta noche,
sin duda,
los perros se pondrían a aullar en las puertas de los hospitales,
los repartidores de órganos
resucitarían a los donantes
y las ambulancias se alquilarían por horas
para encuentros de amor casuales.

si no hubiera duda,
sin duda,
esta noche saldría corriendo a tu calle.

13 feb 2012

pinta la tristeza de Aristóteles.

"... porque la vida mi vida
pone a la muerte en postura de perra
y la penetra bajo el rumor de dos mil sauces llorosos
entre todos los tornados
entre todos los huracanes
entre todas las misas, mi amor:
en esas que nunca seremos nombrados"
Sarco Lange.

qué podría deciros a estas alturas,
¿alguien que me chute una buena dosis de pánico?
el único enfermero que conozco no es el más apropiado,
trae consigo un shawarma en la mano izquierda y a Cleopatra en la derecha.

prefiero en la yugular pero a los más inexpertos os cedo la parte interior del codo,
sabed que cerraré el aliento para que mi sangre se os destaque,
debéis eliminar todo el aire que quede en la jeringa
colocar la aguja hacia arriba
empujad el émbolo para que brote un poco del liquido
y pinchar a lo largo de la vena,
de forma oblicua,
entonces notaréis una pequeña resistencia,
es la pared venosa,
cuando la traspaséis,
será necesario retroceder un poco la jeringa y si la habéis colocado bien
veréis como mi sangre asciende dócilmente
mezclándose con el pánico en una danza de amor macabra;
ha llegado el momento de inyectarme,
empujad despacio,
como si vuestros dedos estuvieran bañados en formol,
y
una
vez
esté
la
jeringa
totalmente
vacía
debéis
sacar
la
aguja
de
golpe
y entonces
ya podéis respirar.

arrugado junto a las vías del tren
veo a Jesús de Nazareth cortándole la cola a una lagartija.

tiene once años y trata de refugiarse en los raíles
quiero beber de su cicatriz
vaciarlo de un solo trago,
reptar por su mundo y hacerlo Calipso,
porque el mundo es plano,
debe de ser plano,
porque me resulta insoportable que todo sea tan...
estático.

mis fauces son terribles
devoraran sus entrañas a una velocidad vertiginosa
con saña de animal enjaulado
feroz alimaña que arranca, intestinos, estómago y páncreas.

grito,
pero de júbilo,
y en la generación espontánea de mí cuerpo:
ofrezco estas letras al éter,
ofrezco estos ojos al aire,
ofrezco esta sangre a la tierra,
ofrezco esta mente al océano.
ofrezco esta carne a tu fuego.

10 feb 2012

cuando parpadea mi barrio.

Para el Jose.


mira los pechos de esa madre,
de sus pezones,
brota la historia del hombre y un buen puñado de asco.

al padre,
le robaron el nombre y ahora luce esa sangría
porque nadie se atreve a lamer sus labios ebrios.

no lo despiertes
o verás morir a un niño víctima de sus sueños.

los ojos del muchacho brillan como carbón encendido,
su voz
es trago amargo y el negro de las uñas el germen de todos los tiempos.

la pandilla lo sabe y calla.

cuando parpadea mi barrio
a la sagrada familia le arde la cara.



5 feb 2012

profundidad.

Mi cuerpo es el último peldaño de mi sombra,
es preciso invertir la luz para domarlo.
"Susan Urich"
las sombras de esta pared son tan reales...,
son el silencio concebido en el que vivo,
una excitación negra de siluetas y alambradas
que se mueven impacientes
como el frenético zumbar de las alas de un insecto;
no son desconocidas
y cada gesto tiene un nombre.

rebusco en el trastero de mí cuarto,
es posible que con este frío
todavía queden algunos cigarrillos por arder,
incinerarlos en la quietud del cielo que anuncia nieve,
desearme un buen humo
y terminar con todo esto,
como castigo,
o como ley establecida por mis arrugadas vísceras,
después de todo,
iluminar la verdad de lo que fue nuestro amor,
- aunque devastadoramente agotador para estos versos-,
sería un mostrarse sin miedo a la derrota,
al dolor que palpita en exceso por donde estalla el recuerdo.

no hablo de encías sangrantes ni raíces podridas,
hablo de un dolor imponderable,
de una apuesta al reconocimiento del que vive aparentemente sin vida,
o dicho de otra manera,
de una muerte lenta.

consciente que pretender excitarlos puede inclinar rebeldía,
me precipito hacia los recuerdos
desechos de sombra humana,
y lucho,
temerario e indestructible,
entre el jadeo cercano de unos dientes combativos,
con multitud de bayonetas que se clavan en mi cuerpo,
soy partisano viejo que no le tiemblan las piernas,
la ferocidad de un adversario que te muerde la lengua,
aullido de bestia y hombre que abandona sus defensas,
soy quien roba tus cosechas,
soy quien quema tus enseres,
soy la guerra,
el bombardeo,
el escarnio de tu pubis,
el edema de tu hambre,
una obsesión por no doblegarme,
y follar,
y follar,
y follar,
a muerte:

antes de que el abismo me lleve hacia tu nada.