22 ene 2014

nunca seré una chica gunst - la noche como cita -

nunca seré una chica gunst,
escribir poesía es un parto que cuando se inicia
ni el mejor de los padres anda preparado para la sangría,
para la fuerza vital de un verso,
-ajeno a tu control-
y del llanto íntimo y preciso anudado en la garganta del útero.

nunca seré una chica gunst
inquieto y abrumadoramente frágil os lo digo,
abierto en canal y lastimero,
cercano como el grito de la vida
o la delicada pesadez de la muerte.

nunca seré una chica gunst,
la savia empapa mis músculos.

odio a los pájaros que no hablan de sexo,
odio a los árboles que te nombran de viejo,
porque sé de un viento desnudo
que es ritmo intensidad y respiro,
sé de una niebla iracunda que hace al horizonte minúsculo,
sé del náufrago en la noche de todos los abandonos,
sentado en la acera,
lanzando piedrecitas a las cloacas
como quien lanza ajorcas en el vientre de los muertos.

nunca seré una chica gunst
nunca tendré los zapatos de mil colores,
ni mi nombre lucirá de naranja y cicatrices,
nadie vendrá a fecundar
-con un ojo en zozobra
y otro en exterminio -
el resonar vacío y hueco de mis ovarios.

y la noche,
una vez más,
con sus arrojos y sus protestas
con sus bostezos,
inquieto sueño agostado como llama de una vela:

yo quise poseer una floristería
una floristería pequeña,
cercana,
amante,
una floristería donde reírse y despeinarse
rodeado de nereidas
y de marineros tibios con la entrepierna abultada.

porque amo el sarmiento de todas las inclinaciones,
amo la frágil arteria de los descosidos,
el cinturón oliváceo de tus ojos,
amo los lirios,
los rosales,
un árbol de jade,
la cima de todos los senos,
la risa del vagabundo,
el miedo de las tumbas.

nunca seré una chica gunst,
-la noche como cita -
preciso de la impaciencia
y del abandono,
preciso de la asfixia,
de la exclamación de quien es laureado
con un bello manojo de flores proscritas.

8 ene 2014

las horas despacio - la elegía de los contemplados - la basura del diablo -

 dans les yeux malheureux
- J. M. Menguy -

-I-
podemos detenernos un instante y ver las horas despacio:
un avión rasgando el cielo haciéndolo más amargo,
el despertar de las ciudades invocando a los nuevos artesanos,
los poetas apretándose el cuello con doble nudo,
y este amor que nos hace sonreír como epitafio de la tierra.

-II-

en navidad todos los sátiros sazonan sus impulsos con un ligero salto de carne,
ángeles de la guarda caídos de su propia enfermería,
y así, mutilados, regresan al portal del abandono con un aliento de refugio,
como una ofrenda de oscuridad en el pesebre de su invierno.

la elegía de los contemplados es disculpar sus impulsos sin suscitar burla.
un libro específicamente registrado
por la editorial de sus absurdos.


-III-
podemos detenernos un instante y ver las horas despacio,
justo aquí,
aquí,
en este baño público irreprimible para el fornicio,
con tu rostro reflejado en el espejo como deliciosa tanagra,
con litros de orín derramado en las paredes
y nuestra integridad caída por los suelos.

oh mujer
mereces toda clase de respetos y desprecios,
nacer en el alud de todos los versos,
en las dulces facciones de Safo de Mitilene,
en el impulso carnal de una tierra sin raíces,
porque este espacio que hoy nos ve follar es el centro del universo
y sirve para que tiemblen los tobillos de Pericles

nocturno es el perfume del estropicio
y nocturno los ojos del silencio,
el funeral de la cordura,
los cuerpos abiertos,
y la humedad de tu coño perpetuado en mi aliento.

y este corazón,
este corazón volcando en las entrañas,
como quien arroja al arcén de la vida
la basura del diablo.


George Pratt

3 ene 2014

John Berryman -poemas-


Dream song 14

La vida, amigos, es aburrida.
No deberíamos decirlo.
Después de todo, el cielo brilla, el majestuoso mar anhela,
Nosotros mismos brillamos y anhelamos,
además, mi madre me decía cuando niño
(repetidamente) “cada vez que dices estar aburrido
significa que no tienes
Vida interior”.

Concluyo que no tengo
vida interior, porque estoy muy aburrido.

La gente me aburre,
la literatura me aburre, especialmente la gran literatura,
Henry me aburre, con sus aprietos & líos
tan desafortunados como los de Aquiles,
que amaba a los demás y el arte valiente, lo cual me aburre.

Y las apacibles colinas, & el gin estorbando
y de alguna forma un perro
ha sido capturado desvaneciéndose
entre las montañas,
el mar o el cielo,
dejándome
atrás como a un payaso. 


Llegamos a Waterloo con tiempo de sobra


" El sol corría en el cielo, el taxi voló;
había una especie de fiebre en el reloj
esa mañana. Llegamos a Waterloo
con tiempo de sobra y supe encontrar mi rumbo.
El café amargo en un pequeño restaurante
nos dio para conversar. Cuando el tren
comenzó a andar te vi volverte
y desaparecer, y las venas de mi cerebro
estallaron, el tren rugió, los demás pasajeros
saltaron presurosos, ardiendo el mudable aire
che si cruccia, oí los demonios maldecir
y chillar de alegría en ese lugar lejano a la súplica. "