12 ago 2015

allez plus doucement l'aire me manque

Janis Joplin canta intruder
en el mismo instante en que Katherine Switzer
se convierte en la primera mujer en disputar la maratón de Boston
a pesar de los intentos de los organizadores por detenerla.

pero no es ella sino Bobbi Gibb,
tan libre como Friburgo,
tan acaiciada por el perfume fugitivo del asfalto,
quien se oculta entre los arbustos,
quien cerca la linea de salida a la espera del pistoletazo,
para envolverse entre los atletas y correr
sobre un mundo atrapado por la estratificación de su propio polvo.

y corre,
corre hasta la ausencia,
hasta el agotamiento de las palabras y la música,
primero una zancada,
luego otra,
y otra más,
hasta que ya no puede contarlas,
hasta que el asfalto le golpea el corazón y todo deja de doler.

pese a que no aparecen en la lista oficial
el dorsal de Switzer y la sonrisa de Gibb
corrieron la maratón de Boston.

no sé si conocías la historia,
pero a mi se me muestra preciosa.

te escribo todo esto,

porque sé que te falta el aire,
porque sé que tus días son alfileres largos que se hunden en la carne
de quien no espera mayor recompensa
que el borbotón de la sangre violenta
sobre la podredumbre de un cuerpo abatido que arde sin tregua.

no lo olvides mi soñada Paradis,
todo surge a través de tus ojos
cuando la poesía es un grito de alarma necesaria,
así que corre y no te detengas mi alargada muchacha,
sin dorsal,
sin organizadores,
corre hasta la ausencia de tu nombre
o acaso hasta la voluntad del que acepta
como único cautiverio permitido
la cadena de su propio ADN.